Romanos 10:8-17 forma una parte importante de la base bíblica de la obra misionera. Tratamos la obra misionera en sí como doctrina porque forma parte del mandato de Cristo a sus discípulos en cada uno de los primeros cinco libros del Nuevo Testamento.
Las palabras “misionero” y “misiones” no aparecen en la Biblia. Pero el concepto SÍ aparece.
La palabra “misionero” simplemente significa “enviado”. Vea Romanos 8:15.
Estas cuatro preguntas requieren respuestas. En verdad, las primeras tres preguntas son contestadas con la pregunta subsecuente. La última pregunta es la única que no se contesta, y que se deja para ser contestada por el lector.
1. “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?” La siguiente pregunta contesta esta pregunta: “Oyendo”.
2. La segunda pregunta se contesta con la tercera pregunta: “Y ¿cómo creerán en aquel de quien no han oído?” “Predicándoles”.
3. La tercera pregunta se contesta con la cuarta: “Y ¿cómo oirán sin haber quien les predique?” “ENVIÁNDOLES”.
4. La respuesta de la cuarta pregunta no aparece aquí: “Y ¿cómo predicarán si no fueren enviados?” – porque esa pregunta no se contesta con palabras. Se contesta con acciones. Pablo cita Isaías 52:7: “Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas.”
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