lunes, 30 de mayo de 2011

DIÁS DE ADVERSIDAD

“En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él”. Eclesiastés 7:14

Muchos andan en busca de una explicación para estos días malos en los cuales nos toca vivir. Para algunos, es por culpa de los políticos que abusaron de su poder y se enriquecieron a costo del pueblo. Puede ser, pero tenemos que tomar en cuenta que vivimos en un gobierno democrático que quiere decir que los mismos ciudadanos tienen el privilegio de elegir sus líderes.

Nos conviene preguntarnos si tal vez Dios tiene parte en las adversidades. Algunos quieren pensar que un Dios bondadoso y todo sabio y todo poderoso nunca va a permitir la angustia. Esta manera de pensar falta de apoyo bíblico. No es poner en duda la bondad, poder o sabiduría de Dios. Eclesiastés 7:14 dice que Dios hizo ambos, el día del bien y el día de adversidad.

Para algunos, cuesta creer que Dios puede crear la adversidad. Isaías 45:7 dice “Que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad, yo Jehová soy el que hago todo esto”. Al pie de la página de mi Biblia con notas de Scofield hay una nota sobre este versículo. Dice: “La palabra hebrea ´ra´ se traduce ´tristeza, miseria, adversidad, aflicción calamidad´ pero nunca ‘pecado’. Dios creó el mal solamente en el sentido de traer tristeza, miseria, etc., como el fruto inevitable del pecado”. 

Dios tiene un sin fin de maneras de castigar, corregir y controlar a la gente. Más de una vez he escuchado el testimonio de gente que dan gracias a Dios por mandar una calamidad en su juventud que sirvió para rescatarlos de su rebeldía. En el momento parece ser una tragedia pero Dios puede usarlo para nuestro bien. II Corintios 7:10 dice“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación”.

Si Dios puede usar la adversidad para corregir y controlar a una persona, ¿qué le impide de hacerlo para el bienestar de un país? Tenemos que tomar en cuenta que el camino de Dios es más alto que el camino de los hombres y que nuestros pensamientos no son iguales a los pensamientos de Dios. (Isaías 55:8-9)

Seguro es que Dios permitió que nuestro país caiga en esta crisis con propósito. Resulta que muchos se humillan y buscan a Dios. La obra de Dios marcha mejor en el día de adversidad. Esto no está mal.

Claro, en parte, lo que estamos sufriendo es por culpa de la corrupción. No todos son culpables pero cuando alguien peca los en su alrededor son impactados por las ondas expansivas. Es como ser víctima de un robo. La gran mayoría están sufriendo por la maldad de algunos pocos. Algunos dicen, “No es justo”. Tienen razón, pero Dios puede usar aun la injusticia de los hombres para servirle. 

En vez de reaccionar con rencor en contra de los culpables, o en contra de Dios por permitirlo, mejor sería preguntarnos, “¿qué podemos aprender de esto?” Eclesiastés 7:14 dice que en el día de adversidad debemos considerar. Esto significa reflexionar y meditar. Esto puede servir para perfeccionarnos. El mismo versículo dice que Dios quiere que “el hombre nada halle después de él”. Esto quiere decir que Dios no quiere que seamos demasiado tranquilos o que tengamos demasiado confianza en el futuro. El quiere que quedemos dependiendo de él. Jesús dijo, 

“Yo soy la vida, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
 (Juan 15:5) En el día del bien hay la tendencia de pensar que podemos hacer todo por nuestra propia fuerza.

Proverbios 17:17 dice “En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia”. En tanto que sea posible, debemos estar ayudando a los que tienen grandes necesidades. Si somos receptores de ayuda de otros debemos estar prontos en expresar nuestro agradecimiento.

Días de adversidad sirven también para acercarnos más a Dios. Aprendemos lo que es pedir a Dios nuestro pan diario. Llegamos a tener una relación más personal para con Dios. Nuestras almas son probadas en estos días. Sin embargo Job 23:10 dice “me probará, y saldré como oro”.

Sí, son días difíciles pero pueden ser para nuestro bien si no desmayamos. (Gálatas 6:9)“Bienaventurado el hombre a quien tú, Jehová corriges, y en tu ley lo instruyes, para hacerle descansar en los días de aflicción, en tanto que para el impío se cava el hoyo, porque no abandonará Jehová a su pueblo ni desamparará su heredad”. Salmo 94:12-14

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